Todos hemos comido en alguna ocasión puré de patatas como guarnición. Para mi es el acompañamiento ideal, ya que se puede combinar tanto con carne como con pescado; es decir, es una guarnición polivalente, un aspecto que tiene mucho mérito en la cocina, donde los platos y los ingredientes se pueden combinar para formar nuevos productos. Concretamente para los jóvenes emancipados, es la solución ideal. Existe una cierta tendencia entre los principiantes a cocinar los mismos tipos de comida, así como pasta, arroz, pechugas de pollo y pescado empanado; las razones son sencillas, por un lado la facilidad para cocinarlos y por la otra el porcentaje de éxito: es muy difícil que unos espaguetis boloñesa te salgan incomibles, algo más probable con una paella.
Ante esta situación, se tiende a recurrir siempre a las mismas guarniciones: patatas fritas o ensalada, precisamente porque cumplen las dos premisas anteriores. Pues bien, existe otra guarnición sencilla de hacer y con un alto porcentaje de éxito que te sacará de la monotonía: el puré de patatas. Y diréis, ¡pero es patata igual! Es verdad, pero con un sabor muy diferente, y como ya hemos dicho antes, en la cocina los ingredientes polivalentes son muy demandados.
Puré de patatas
Ingredientes:
-3 patatas grandes
-1 cucharada de manteca
-1 o 2 yemas de huevo
-1 vaso de leche
-Sal
-Pimienta
-Nuez moscada
Preparación:
Para empezar, tienes que hervir las patatas (40 min.) Cuando estén hechas tienes que chafarlas con un tenedor; acto seguido la mezclas con la masa de patata y fríes el producto con una cucharada de manteca. Le añades un poco de sal, pimienta y nuez moscada (al gusto). Una vez esté todo mezclado empieza a añadirle la leche, hazlo despacito hasta que quede la textura que más te guste ya que hay quien prefiere el puré más espeso o más líquido. Remueve la mezcla hasta que empiece a hervir, después apaga el fuego y déjalo reposar. Cuando el producto este tibio le incorporas las yemas de los huevos y lo mezclas todo bien. Ya tienes hecho el puré de patatas, ahora puedes meterlo en el horno y gratinarlo, aunque este último paso es opcional.
Hay que decir que cuando se coge un poco de práctica, esta receta se convierte en la base de muchos platos diarios. Anímate y aprende a hacer tu puré de patata casero, verás como no te arrepientes.