¿Quién no ha sufrido alguna vez una crisis nerviosa ante la imposibilidad de decantarse por una opción u otra en el momento de escoger una decoración para un espacio? Pues ciertamente es algo habitual en cualquier persona que está inmerso en un proceso de renovación del hogar y puede llegar a preocuparnos demasiado. A veces la solución no está en elegir «A» o mejor irse a «B», sino en acabar sumando «A+B» y quedarse con la «C» resultante. Y es que la mezcla de estilos es una práctica decorativa que puede recompensarnos con muy buenos resultados en algunas situaciones de indecisión o cuando creemos que hay elementos de una decoración que pueden casar perfectamente con otros de una clase decorativa ajena. Dejémonos de prejuicios pues, y vayamos a experimentar con la mezcla estilística en casa que mejor se adapte a nosotros.

¡A mezclar estilos!
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