Tener una planta de interior es sencillo y ayuda a revitalizar tu casa. Eso sí, estas plantas de interior también necesitan cuidados, ya que sino podrían secarse sus hojas. De hecho, a veces parece que las estamos cuidando como se debe, pero las hojas se secan de igual forma y no sabemos por qué ocurre.
Si ese es tu caso, seguramente estés cometiendo algún error desconocido. Hay 5 motivos por los cuales tienes las hojas de las plantas de interior secas y algunos de ellos son poco conocidos. ¿Quieres conocerlos? Pues no te pierdas esta información que tenemos para ti.
¿Por qué se secan las hojas de las plantas?
Las 5 razones por las cuales se secan las hojas de las plantas de interior son la falta de agua, el exceso de agua, una raíz saturada, demasiada cantidad de sol y las grandes corrientes de aire. Como se necesita una explicación más detallada para cada caso, vamos a explicarlos de forma individual.
Poca agua
Al ver las hojas secas de la planta, lo primero en lo que pensamos es que se ha secado por la falta de agua. Si piensas así puede que estés en lo cierto, pues es una de las principales razones por las cuales las hojas se secan.
El error más común suele ser echar la misma cantidad de agua en cada estación, cuando la planta necesita unas cantidades diferentes según la época del año. Por ejemplo, en verano necesita mucha más agua que en invierno.
En otros casos, puede necesitar más humedad, algo que no necesariamente tiene que ver con el riego. Por este motivo, también deberías controlar la humedad del ambiente y adaptarla a la especie que estés cuidando.
Por otro lado, a veces las raíces no están absorbiendo el agua, a pesar de regar correctamente. Si eso ocurre, suele ser porque el sustrato o la tierra tiene un drenaje demasiado rápido, así que habría que cambiar para facilitar la absorción de agua.
Demasiada cantidad de agua seca las hojas también
El primer impulso que sentimos cuando vemos una planta seca es la de regarla sin parar, llegando incluso a ahogarla. Esto es incorrecto, ya que podría ahogar a la planta en lo que se llama asfixia radicular. Esto ocurre cuando las raíces están llenas de agua, impidiendo la absorción de nutrientes y desembocando en la muerte de la planta.
Además, el exceso de agua podría producir la aparición de hongos. Para evitar que una planta se ahogue, riega de forma controlada y evita el agua encharcada.
Raíz saturada
Una planta de interior debe de ser abonada y regada de forma correcta para que crezca y viva. Eso sí, llega un punto en el que la planta crece demasiado, especialmente la raíz, llegando a lo que se llama saturación. Cuando la raíz es demasiado grande para su recipiente, no podrá absorber correctamente el agua y el abono y la planta podría morir.
Por este motivo, hay que trasplantar la planta a un contenedor mayor, con el fin de que pueda seguir creciendo y absorber todos los nutrientes. Para ello, realiza un trasplante, podando las raíces para reducir el cepellón y sanear la base, siempre que las raíces estén demasiado compactadas.
Demasiado sol
Las plantas también necesitan el sol para crecer y hacer la fotosíntesis. Eso sí, al igual que ocurre con el agua, el exceso de sol tampoco es bueno. Eso es porque podría llegar a quemarlas, especialmente si se junta con poca cantidad de agua, ya que no podrá transpirar de forma correcta.
Si eso ocurre, pon la planta en otra parte donde haya menos luz y mira a ver lo que pasa. En el caso de que las hojas mejoren, es que la luminosidad era el problema.
Grandes corrientes de aire
Finalmente, hay que hablar de las corrientes de aire. Dependiendo de la especie que hayas escogido, será más o menos resistente al aire. Especies como la aspidistra o la sansevieria son muy resistentes al mismo, pero otras no tanto.
Si notas que el exceso de aire podría estar afectando a tu planta de interior, deberías cambiarla de sitio en casa. Colócala en un lugar más alejado de las corrientes y observa su evolución. Al igual que ocurre con el exceso de luz, alejarla del exceso de aire debería mejorar la salud de sus hojas.